Personalidad sumisa: 10 Rasgos psicológicos que la definen

Una persona con una actitud sumisa puede llegar a dejar todo lo que realmente quiere para satisfacer a los demás. A pesar de que a veces ser sumiso o sumisa puede ser bueno, la realidad es que tener uno de estos rasgos psicológicos puede implicar muchos problemas a nivel personal y profesional. Tanto es así que en muchas ocasiones este tipo de personas se ven como gente sin personalidad o con muy poca personalidad. Pero, ¿Realmente es así? ¿Qué implica tener una actitud sumisa?

¿Qué es ser sumisa o sumiso?

Una persona con una actitud sumisa es alguien que se somete voluntariamente a la autoridad de los demás. De esta forma, si alguien que es sumiso o sumisa se encuentra con una personalidad dominante normalmente esto implica acabar recibiendo órdenes de esta persona. Tanto es así que en muchas ocasiones un hombre sumiso o una mujer sumisa puede llegar a dejar de lado sus deseos para complacer a los de su alrededor.

Ser sumiso o sumisa puede acabar haciendo que una persona sea gobernada por los otros, es por ello que es importante entender por qué las personas tienen uno de estos rasgos psicológicos.

Características de la personalidad sumisa

Existen una serie de actitudes que definen a una persona más sumisa. Según los psicólogos podemos destacar las siguientes características.

1. Baja autoestima: Normalmente, las personas sumisas de actitud, suelen padecer de una baja autoestima. La razón de ello es que al no tener una buena confianza y seguridad en nosotros mismos nos invaden una serie de dudas y miedos alrededor de cualquier responsabilidad o acción que tomemos. Es por ello que a veces se dice que ser sumiso o sumisa equivale a tener poca personalidad.
2. Malas experiencias en la niñez: Cuando un niño es criado junto a abusos físicos, exceso de control o humillaciones, estos pueden acabar convirtiéndose en adultos sumisos. Esto sucede ya que al intentar evitar estas malas experiencias los niños acaban queriendo satisfacer a sus abusadores, ya sean padres, maestros o compañeros en el colegio.
3. Falta de asertividad: La sumisión y su significado se traduce en no tener voz delante de los demás. De esta forma, las personas sumisas suelen acabar dejando de decir lo que realmente quieren para conformarse con lo que desean los de su alrededor. Por lo tanto, acaban reprimiendo sus deseos para no entrar en conflicto con los otros.
4. Evadir conflictos: Otro de las características de la personalidad sumisa es que estos suelen no querer debatir con los demás. Esto es debido a que sienten que su opinión no es lo suficientemente válida para que compartir con sus amigos, familiares o personas cercanas. Es por ello, que acaban reprimiendo muchas de sus emociones en el día a día.             
5. Dependencia emocional: Al tener una personalidad sumisa los individuos tienden a buscar a una persona dominante para cederle la responsabilidad de decidir por ellos. Tanto es así que en muchas ocasiones ser sumiso o sumisa acaba comportando una dependencia emocional hacia los seres queridos con más carácter.
6. Introversión y timidez: Cuando una persona tiende a reprimir sus deseos, sentimientos y emociones suele acabar desarrollando una personalidad con más tendencia a la introversión. Estar solo es una manera de evitar los conflictos que pueden generar las relaciones sociales.
7. Intentan complacer a los demás a toda costa: Una de las principales características de la personalidad sumisa es que suelen remover cielo y tierra para contentar a los demás y en cambio les cuesta defender su propia postura.
8. Negatividad: Al no defender su propia postura, los hombres sumisos y las mujeres sumisas suelen acabar no consiguiendo las metas que se proponen en sus vidas. Tanto es así que en muchas ocasiones suelen acabar viendo la realidad detrás de un filtro lleno de negatividad.
9. Generan una mala impresión: A pesar de que una persona con comportamiento sumiso suele ser más humilde y simpático hacia los demás, la realidad es que este tipo de personalidad tan complaciente puede acabar generando una mala impresión hacia los demás. La razón de ello es que las personas queremos tener a nuestro lado gente con seguridad en su interior ya que esto nos genera más confianza hacía los demás.
10. Inseguridades: Al no querer afrontar la responsabilidad de sus acciones, un sumiso o sumisa acaba siendo víctima de sus propias inseguridades. Esto limita mucho a las personas con estos rasgos psicológicos.

Ser sumiso o sumisa puede generar muchos problemas en nuestra vida. Por este motivo, es vital trabajar para dejar de tener estas características en la personalidad. En muchos casos, aparte del trabajo interior será recomendable consultar con un psicólogo profesional.

¿Cómo dejar de ser sumiso o sumisa?

Existen una serie de consejos que podemos seguir para dejar atrás la sumisión y su significado en nuestras vidas.

• Saca tu voz: La voz es una herramienta para destacar nuestra personalidad y dejar atrás nuestro lado sumiso. Si nuestra voz es equilibrada, es decir, tiene un buen tono y volumen nos empezaremos a percibir con más seguridad ante los demás.
• Trabaja en tu confianza: Para poder dejar atrás tu lado sumiso, la confianza en tus acciones y decisiones es la clave. Una manera de trabajarla será teniendo más responsabilidad en tu vida. Empieza a decidir cosas por ti mismo/a sin la consulta a los demás. Así comprobarás que muchas de tus decisiones son correctas y te dan buenos resultados.
• Habla más: El significado de sumisa o sumiso se traduce en hablar menos ante los demás por miedo a lo que dirán. Es hora de revertir este tipo de miedos. Empieza a hablar más  y da tu opinión ante los demás. Para ello, empieza con pequeños retos: saca conversaciones a las dependientas de las tiendas donde vayas, opina sobre algunos hechos delante de tus familiares, en definitiva di más lo que piensas sin temer el resultado.
• Practica la positividad: Un buen método para dejar de ser una persona tan sumisa es intentando practicar la positividad para evitar los pensamientos negativos que te limitan. Para hacerlo empieza a verle la lógica a aquellas ideas que pasan por tu mente: ¿Realmente es útil pensar en ello?
• Mantente firme: Aunque parezca un consejo poco útil, la realidad es que no nos damos cuenta de lo importante que es nuestra posición corporal. Estar rectos y ergidos es una manera de no sólo imponer respeto y dar una imagen de más seguridad personal, sino también de practicarla en nuestra vida.
• Evita las personas tóxicas: En muchas ocasiones, las personas sumisas acaban siendo víctimas de una personalidad dominante que intenta aprovecharse de ellas. En estos casos, a pesar de que a veces algunos individuos lo hacen sin tener conciencia de ello, la realidad es que en muchas ocasiones es una manera de manipular a los demás para obtener un beneficio.

Un sumiso o una sumiso debe trabajar para luchar contra estas limitaciones que le surgen de su personalidad. Por ello, en muchos casos deberás acudir a un psicólogo profesional. La razón de ello es que para poder llegar a tus objetivos y tener una vida llena, debes aprender a confiar en ti mismo/a.

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