Diferencias entre infertilidad y esterilidad: ¿Cómo afrontarlas?

La infertilidad es un tema normalmente tabú. De hecho, cuando se estudia el funcionamiento de la sexualidad en los colegios, la posible esterilidad pasa desapercibida. Se habla de la reproducción como si no hubiera margen de error, como si todo el mundo fuera igual de fértil, pero la realidad es muy distinta. Seguro que en tu entorno conoces a alguien que tenga problemas de fertilidad o te han hablado de algún amigo/a que sufre este problema. Evidentemente no lo irán pregonando por ahí, lo llevarán en secreto, ya que normalmente se siente vergüenza de admitir que no se puede tener hijos.

Cuando la pareja se decide a tener hijos, normalmente no piensa en la opción de la infertilidad. Se da por hecho que no habrá ningún problema, pero cuando se lleva un año intentándolo de forma poco fructuosa, es cuando empieza a sembrarse la duda de la infertilidad y de la esterilidad. En ese momento se empiezan a realizar pruebas médicas que den algo de luz acerca de la dificultad para tener hijos. Durante el tiempo que dura el estudio la reacción normal es de ansiedad y estrés. Es normal estar más irritable y que la pareja tenga más discusiones. Una vez se da la resolución, normalmente la pareja se siente aliviada. Al menos ya se sabe lo que pasa y se pueden poner soluciones. Esa es la primera reacción evidentemente. A ese alivio le acompaña una sensación de tristeza y frustración por no poder concebir de manera natural. Todos los planes se tienen que reconstruir, hay que bajar las expectativas creadas durante toda la vida, y la concepción implica en muchas ocasiones una inversión económica importante que desestabiliza aún más a la pareja.

¿Cuál es la diferencia entre esterilidad e infertilidad? 

A pesar de que en muchas ocasiones la esterilidad e infertilidad se confunden, la realidad es que son dos conceptos completamente distintos. Tanto la infertilidad y esterilidad implican problemas para quedar embarazada pero existen pequeñas diferencias entre su significado.

¿Qué es la esterilidad?

Se dice que una persona sufre de esterilidad cuando existe un problema físico que impide concebir un hijo. De esta forma, cuando una persona tiene síntomas de esterilidad no puede llegar a quedarse embarazada ni a través de la intervención médica. En el caso de los hombres esta esterilidad implica la ausencia de espermatozoides en el semen y en el caso de las mujeres implica la inexistencia de ovulación. 

¿Qué es la infertilidad?

La infertilidad o una persona infertil es otro diagnóstico muy distinto de la esterilidad. Cuando alguien sufre de la infertilidad, esto significa que la pareja no podrá concebir un hijo de una manera natural. Suele diagnosticarse la infertilidad cuando la pareja ha tenido relaciones sexuales sin protección durante más de un año y no han logrado quedarse embarazados. De esta forma, la pareja tendrá que recurrir a un tratamiento de fertilidad para poder lograr un embarazo.  Dependiendo los factores que desencadenan la infertilidad, para poder tener un hijo las personas afectadas deberán someterse a una terapia hormonal o a la cirugía. 

Impacto psicológico de la infertilidad y esterilidad

La paternidad es uno de los momentos más esperados por la gran mayoría de personas durante la etapa adulta. Tanto es así que en muchas ocasiones el peso de la infertilidad y esterelidad puede conllevar ciertos estragos psicológicos. Entre los más comunes encontramos los siguientes. 

• Estrés

El incumplimiento del deseo de tener un hijo puede causar un problema de estrés en la pareja. La razón es que en muchos casos las personas que sufren de infertilidad tienen muy presente el reloj biológico y eso les induce más presión para concebir. 

• Ansiedad y depresión

En algunos casos dónde se confirma la esterilidad, las personas pueden acabar padeciendo trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión por la negación de tener un hijo biológico. 

• Disminución de la autoestima

No poder concebir de manera natural puede perjudicar la autoestima de las personas que sufren de inferilidad. En muchos casos las personas en esta situación tienden a compararse con otras parejas e incluso se pueden llegar a sentir menos por tener que recurir a tratamientos de feritilidad para concebir. 

En muchos casos será esencial afrontar la infertilidad o la esterilidad con la ayuda de un psicólogo profesional. 

¿Cómo afrontar la infertilidad?

A pesar de que hay una clara diferencia entre esterilidad e infertilidad, la realidad es que las dos tienen efectos muy perjudiciales en la psique de una persona. En muchos casos será necesario contar con el apoyo psicológico para poder superar el malestar que esto puede generar. Según los psicólogos podemos afrontar la infertilidad de la siguiente manera. 

1. Reconoce tus sentimientos

El primer paso para poder ver más allá del problema es reconocer tus sentimientos al respecto de la mala noticia. Es natural que al saber que eres infertil sientas dolor y pérdida. Por ello es esencial contar cómo te sientes y permitirte expresar tus emociones a tu vínculo más cercano.

2. Honestidad

Cuando existe la infertilidad una de las primeras consecuencias de la saber la mala noticia es los efectos que esta pueden tener a nuestra relación. Tanto es así que la honestidad en la pareja debe ser primordial durante estos instantes para no dañar el vínculo entre los dos. 

3. Observa las opciones

La infertilidad no significa que no puedas concebir hijos. Simplemente implica que a pesar de tener con frecuencia relaciones sexuales, no podrás concebir de manera natural. De esta forma, será necesario que antes de desesperarte veas las opciones que tienes en tus manos para poder lograr un embarazo. 

4. Libera tus emociones

Abordar la infertilidad a veces puede ser difícil a causa de que no sabemos gestionar nuestras emociones. Por este motivo puede ser una buena opción intentar liberar estos sentimientos a través de otras actividades como pueden ser algunos hobbies o la practica de algún deporte. 

5. Trabaja en la pareja

La infertilidad puede suponer una pequeña traba para vuestra relación. En estos casos es esencial intentar trabajar en el vínculo para que este no se vea afectado por la mala noticia. Dedicar un tiempo a vuestra relación puede hacer más fácil que funcionen los tratamientos de fertilidad o la decisión de adoptar a un niño.

¿Cómo afrontar la esterilidad?

Lo primero es que la pareja tiene que asimilar que ya no podrá tener un hijo, y eso de por sí ya frustra. Genera la sensación de no ser útil, ser ese escalón de la naturaleza que falla. Asimilarlo es algo que puede costar más o menos, en función de las creencias culturales que se tengan y de la idea que se tiene de lo que es natural o artificial.

En ese proceso pueden aparecer los problemas en la relación de pareja. La culpa suele ser habitual; tanto la culpa autoimpuesta como la culpa que te impone el otro miembro de la pareja. Esto puede llevar a discusiones y a la aparición de más conflictos de la cuenta. Es habitual pensar cosas como: "no me merece, no valgo como pareja, "sería más feliz con otra persona que pudiera darle hijos", "le he fastidiado la vida", "si nos hubiéramos puesto cuando él/ella me lo pidió hace unos años a lo mejor no estaríamos en esta situación"… O frases como: "todo es por su culpa, tendría que haberlo/a dejado hace tiempo", "no sé porqué sigo con él/ella si sabe que para mí es muy importante poder tener hijos". Es vital para la relación entender tanto el sufrimiento propio como el ajeno y valorar que no hay un culpable, nadie ha decidido por voluntad propia ser estéril.

Es normal que el estado de ánimo se reduzca tanto en la esterilidad como en la infertilidad, ya que hay que enfrentarse a un replanteamiento vital. Además, hay que decidir y ponerse de acuerdo con la pareja del camino a seguir: inseminación artificial, fecundación in vitro, adopción o resignación. Esa decisión puede ocasionar más problemas en la pareja, ya que es una vía no inspeccionada en un primer momento. Es importante centrarse en la búsqueda de soluciones de forma pactada, entender el punto de vista de la otra persona y valorar la opción que mejor os haga sentir a ambos. Hay que establecer una nueva planificación de la vida, y en ese sentido ambas personas son las afectadas, por tanto, la decisión debe ser consensuada.

El proceso de inseminación artificial, in vitro o de adopción puede ser duro y largo. En el camino aparece frecuentemente el estrés y el malestar emocional y puede requerirse el apoyo psicológico para afrontar la situación. Se pueden materializar problemas de pareja que hasta el momento no habían aparecido y puede ser un proceso que desestabilice tanto a nivel individual como de pareja. La comunicación entre ambos es crucial y sobre todo es importante atender a las demandas propias y las de la pareja, dejando de lado los deseos de la familia que pueden afectar en la toma de decisiones.

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